Introducción
Introducción a la edición en vídeo
Según Cisco (2016), se prevé que el 80 % del contenido que se consumirá en internet será por medio de vídeos. Un ejemplo de esto es YouTube, el segundo lugar más visitado en todo el mundo con unas estadísticas extraordinarias: más de mil millones de usuarios registrados, más de cuatrocientas horas de vídeos subidas cada minuto y dos mil quinientos millones de reproducciones del vídeo más popular de todo internet.
Así pues, el vídeo es un formato muy emergente, tanto para quienes consumen contenido como también para quienes lo producen. Es por eso por lo que tiene sentido, en este mundo donde la tecnología está por todas partes y su uso cada vez es más sencillo, plantearse ser competentes en el entorno de la producción y creación de vídeos.
A grandes rasgos, hay dos tipos de edición de vídeo, según el tipo de soporte con el que se hace:
1) Lineal o analógico: con cinta; se trabajaba la edición principalmente con magnetoscopios; normalmente, un player donde se insertaba la cinta con las imágenes grabadas, y un recorder donde iba grabándose la edición. Se llama lineal porque durante la edición era necesario ir grabando en la cinta donde se hacía la edición las imágenes de forma ordenada. Si después se quería cambiar el orden, se tenía que empezar de nuevo o bien cortar la cinta y unirla. Es decir, no permitía manipular libremente las tomas. Por tanto, requería de un orden muy preciso a la hora de hacer la edición.
2) No lineal o digital: ha habido varias generaciones de este tipo de edición en función de la evolución tecnológica, y representó un gran adelanto en el campo de la edición de vídeo. Actualmente, lo más habitual es trabajar con archivos digitales y realizar la edición con ordenador, tableta o teléfono. Este soporte permite manipular libremente cada toma y se puede cambiar el orden durante el propio proceso de edición.
Con el desarrollo tecnológico que ha experimentado la industria del vídeo profesional, han aparecido múltiples sistemas de grabación de vídeo digital en diferentes formatos.
Siguiendo a Espinosa y Abbate (2005), editar un vídeo consiste en manipularlo para elaborar un discurso organizado y coherente, con una continuidad. Esto implica seleccionar las imágenes grabadas previamente y poner una tras otra en función de lo que se quiera explicar, elaborando un discurso. También nos permite incorporar imagen fija, música y sonido, añadir efectos digitales, grafismos y cualquier otro recurso que permita un producto audiovisual terminado.
La edición también permite corregir o mejorar aspectos derivados de la grabación para conseguir mejor calidad en el producto audiovisual final. Por ejemplo, llevar a cabo un tratamiento del audio, del color, añadir filtros, efectos, transiciones…
Es decir, si, por ejemplo, se han grabado unas imágenes quemadas porque han estado sobreexpuestas a la luz, o bien si se ha grabado un audio distorsionado o saturado, durante la edición podrán paliarse estos defectos, pero no podrán corregirse totalmente.
En la actualidad hay numerosas soluciones tecnológicas en el mercado para la edición de vídeo no lineal, donde podemos encontrar una amplia gama de software, tanto con licencias comerciales como de software libre, así como las orientadas al uso profesional u otras soluciones más pensadas para un uso doméstico o semiprofesional.
A continuación, esta guía os ofrece algunas recomendaciones para la grabación de vídeo. Más adelante también encontraréis una serie de aspectos técnicos que hay que tener en cuenta durante el proceso de edición de vídeo, y también diferentes herramientas de edición de vídeo, tanto de escritorio como para dispositivos móviles y herramientas en línea, así como las principales funcionalidades de algunos de estos editores. La guía se cierra con una serie de recomendaciones para la publicación y difusión de vídeos en la red.